lunes, 15 de febrero de 2010

El silencio y la heladera.

La situación es desigual.
Nada se puede comparar con el estado actual de las cosas.
Nada es una palabra con relieve: demasiada palabra para significar vacío.
El silencio que me zumba mientras hago un reporte de lectura (variable que determina estos días de mi vida) se interrumpe.
La interrupción es coherente con la situación desigual en la que me encuentro.
Cada menos de lo que uno está acostumbrado, frecuencia despareja pero "parejamente molestante", lapsos de ella o lapsus mío: la heladera, el motor viejo puesto en 1 porque dijeron que así daba menos vueltas y ni pensar lo que será en 10. La heladera que es un recital de Rata Blanca en un departamento sin muebles. Hace eco y se responde con su mismo canto.
El mate a deshora. El silencio que no está. Las lecturas que te sepultan y son todas de étereas fotocopias.
La heladera. Su eco.

Qué ganas de escuchar un recital en carne y hueso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario