sábado, 23 de enero de 2010

Fotoquímica.

Las cadenas en química deben tener alguna lógica que, para los químicos, es predecible.
Si mirocómo la crema chantilly y la soda se unen, se secuencian, se amontonan y hacen como dibujos de arroz no logro entenderlo. De química sé poco, pero lo que sé de fotografía me alcanza.



El ojo del quien estudió debe ser más preciso, las palabras de quien escribe deben permitir ir a otro lugar que no sea la misma escritura.
La vista puede seguir mirando cómo se acomodan las micropartículas de la soda y la chantilly. El ojo puede hacer foco, entender la forma, el dibujo, pero la imagen no me alcanza y le busco las palabras.
Las cadenas de uniones de las cosas. Las uniones lógicas de las partículas. La lógica de las uniones.
Aunque cuando tengo que hacer una coordinación entre claúsulas solo existe ese conector: nuestra "y".

jueves, 21 de enero de 2010

Ahí, ahora es acá.

Llegada. Es difícil repartir lo que uno escribe entre los mails generales, los mails particulares, los mensajes en facebook, los mensajes en msn, los papelitos, los dos diarios que llevo y la agenda. Más el blog, claro.
Así que temporalmente esto está en último lugar. Porque podrían ir todos comentando lo que van recibiendo y así lo escribirían ustedes. No estaría mal, ¿no?
Claro que no podrían hacer determinado tipo de comentarios.
En fin, ya estamos acá.

jueves, 14 de enero de 2010

Artículo 18.

Violación.
Sabrás disculpar.
También un mensaje de texto puede disparar una inquietud, de una sesión terapéutica conmigo misma.
"Luzia, pronta a partir al magico mundo de las quesadillas, el rico tequila y los sicarios! Como se siente?".
Pregunta que llega hasta debajo de la uña del dedo chiquito del pie (esa que siempre se choca con las patas de la cama y las puertas).
Respuesta que se demora horas en aparecer. ¿Cómo se siente? ¿Cómo? ¿Por qué no existen manuales de sentimientos? Estoy en esta burocracia autoimpuesta: tachar los elementos de la lista antes de partir, llenar las valijas ordenadamente, saludar, dejar todo acomodado para la ausencia (admito: no fue posible), ¿y?
¿Y ahora qué?...
Si existiera una palabra que estuviera en el punto miedo entre los nervios y la premura por vivir lo nuevo. Se sentiría eso.
Esa es la respuesta.

lunes, 11 de enero de 2010

Diario extrínseco.

Leer a Pizarnik. Encontrar ese libro, que hace un año te quisieron regalar, en el lugar donde lo necesitabas: de no tener nada que leer a tener a Pizarnik. Sentir que cada una de las palabras que alguien habia tipeado para la editorial Corregidor desde los manuscritos u otros libros de ELLA debían ser mías. Las leía y las quería como mi propio lenguaje. Lectura de verano que empalaga, que hace vibrar hasta el propio alma. ¿Por qué los libros se acaban?
Entonces, la semana previa a la previa semana del viaje fue playa, mar adentro y Pizarnik, pero sobre todo fue sentir la felicidad a punta de labios, la sensación sonriente de que todo estaba bien, resolviéndose bien, acercándonos (porque al hablar de mi ya hablo de vos) a lo ya dicho, pero inefable.


Aclaración final en un párrafo mal escrito (claro, yo no soy Pizarnik): Todos estos días de viaje previos al Viaje ayudaron a "realizar" (del inglés realize) que muchas cosas eran posibles. Entonces, la tranquilidad.