lunes, 30 de noviembre de 2009

¿Qué, cómo?

Escribir sin destinatario. En eso habíamos quedado. Los e-lectores no fueron teorizados todavia, no sirven entonces, deberían tener algunos libros dedicados a ellos como para satisfacer determinadas demandas.

Entonces, la voz del interior (que no es la "voz del campo") ¿es un lector válido C.? ¿es un lector válido AJHSAGIEHG? (Kafka no tenía teclados veloces como los nuestros, por eso eran iniciales solamente)
Otra voz, encaprichada, responde: son mis lectores.

Segunda meditación (porque la primera no me llevó más que a mí misma).
¿CÓMO HAGO INTERESANTE MI BLOG?
¿Tengo que tener una vida digna del siglo XXI? ¿mi perfil de Facebook es suficientemente llamativo? ¿pasan cosas dignas de contar en mi vida?

Problemáticas secundarias. Se suponía que con el viaje tenía un montón de cosas que contar, pero, ¡oh, nuevamente e-lectores!
Caras que nunca llegaré a imaginar siquiera, y La Madre, dice siempre, que no de información a extraños.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Redondeando-me.

Tomando un helado con T. descubrí que lo que me faltaba, en realidad, no era un destino (físico, donde dejar las valijas) sino un destinatario (imaginario, o no, donde dejar las palabras).

Repense las últimas escrituras. Todas dirigidas hacía C.
¿Escribirle a él? No, no siempre es necesario hacer lo privado público.

¿Escribirme a mí misma? ¿A todos? ¿A algunos sí? ¿A algunos no?

Es quizá el dilema mayor: lograr encausar hacia algún lado el borbotón de palabras constantes que se escapan de mis dedos, de mis lápiceras, de mí.

Pido ayuda, las desparramo, ajenas. Si no, las palabras me sepultan. Me revuelven. Me asustan.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Aproximadamente cierto.

Somos cuatro personas.
Hay cuatro lugares.

Es como un juego de la silla pero sin posibilidad de quedarse parado. Cuánto mucho uno podría sentir que se está sentando sobre otro, e intentar que se corra, o buscar otro asiento.

Las cuatro personas se pusieron de acuerdo, pero no así quién dirigía el juego (por ahora).

Si la silla que elegí me toca, voy a estar en lugar que tiene nombres de calles muy graciosas. Voy a estar en ese lugar donde no estén las otras tres.

Aguascalientes, podría ser.

lunes, 2 de noviembre de 2009

A tientas.

Es dificil empezar.
Dar el primer paso, arrojar la primer piedra, tener la palabra.
Son los primeros movimientos, siempre cautelosos.
Faltan dos meses para salir hacia ese lugar que sabemos que iremos pero no sabemos dónde queda, para irnos hacia ahí.

Entonces empezamos:

a ir trasladándonos con la mente, imaginando estar allá.
a pensar qué será lo indespensable y qué lo que no se recordará.
a preparnos (y el plural no está de más).

La experiencia del viaje no es (casi nunca) solo de quien viaja.