Somos cuatro personas.
Hay cuatro lugares.
Es como un juego de la silla pero sin posibilidad de quedarse parado. Cuánto mucho uno podría sentir que se está sentando sobre otro, e intentar que se corra, o buscar otro asiento.
Las cuatro personas se pusieron de acuerdo, pero no así quién dirigía el juego (por ahora).
Si la silla que elegí me toca, voy a estar en lugar que tiene nombres de calles muy graciosas. Voy a estar en ese lugar donde no estén las otras tres.
Aguascalientes, podría ser.
lunes, 9 de noviembre de 2009
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